jueves, 16 de octubre de 2008

ÚLTIMO CERROJO

Los sueños suelen podrían ser premoniciones. En verdad puede ser una película que por el azar nuestra mente coloca en cartelera. O un corto sin culminar con tantas incoherencias coloridas como personajes conocidos e irreconocibles a la vez. Las acuarelas difusas mezclan lunas menguantes con atardeceres sinuosos que no recuerdo bien. La memoria es frágil, débil y zamarra a conveniencia. Enumerar días verdes y tardes grises marmoteadas por los ojos de lo que fue parece una constante absurda ahora que me voy. No importa el humo de la chimenea donde el futuro se traduce en cenizas.
Ayer me vi más feliz que nunca, recibiendo a un puñado de amigos para despdirme de ellos. Sin saber cuán poco les importe, decidí invitarlos. Dos meses es muy poco tiempo para tener la certeza de verlos antes del suceso. Con algunos me imaginé viejo, barrigón y barbudo compartiendo un buen vodka como en los último años del colegio en la casa de Pueblo Libre. Ya me alcanzarán luego en algún lugar, aquel que encuentre. Otros, no sé si les interese venir pero por fortuna llegaron. Son seis, si mal no recuerdo. Casi todos menores que yo, salvo la de carácter más compulsivo. Sin embargo la quiero harto. Claro, nunca los veo, pero igual, supongo reiríamos mucho, y beberíamos como algún día pasó. Más al fondo, en los muebles recién comprados, encontraría a la chica que siempre me insistió que escriba, actue, y deje el derecho de lado. No me sorprendería que continúe con su pedido, y yo con la misma maricona respuesta de hacerlo luego de graduarme y que me digan doctor. Mirando con detenimiento por su mínima estatura está mi compañera del viaje fiasco que hice buscando evadir Lima porque el divorcio con esta ciudad ya era un hecho. Nos soportamos tres meses, nos apoyamos desde antes y ahora que pienso viajar más lejos y sin retorno alguno, es bueno que lo sepa.
Nadie tiene idea, de porqué están aquí. Yo menos, hace mucho tiempo no sé que demonios hago aquí. Cierro la puerta, pero aun así una abeja que dista mucho de ser molesta, ingresa a la casa. Se frena y se coloca en mi hombro. Un puñado más de gente llena la casa. No distingo tan bien quienes, mi memoria solo evoca momentos. Unos beben vodka y rompen un vaso para no quebrar una tradición, otros usan vasos de cartón para calentarse con tequila. Yo he de beber de todo un poco, a sabiendas, que es un suicidio, igual hay que ir ensayándolo. A los 40, ya es fácil admitir que perdí las ganas de jugar. Nadie comprende a qué juego me refiero. Yo tampoco, porque nunca entendí el juego y lo jugué mal. Llegó el momento de cerrar no la puerta de la casa, sino, mi puerta.
.....
Caminando de la mano de nadie
agotando la paciencia del viento
fumando en el balcón
sin que los Lucky´s me callen

miércoles, 8 de octubre de 2008

Declaración post - mortem

"Y lo sólido existe... digerir la ausencia es imposible"

De vez en cuando lo efímero es mucho más contundente que lo sólido.
De vez en cuando le agregamos sólidos a lo vacío para imaginar que está algo lleno.
De vez en cuando la realidad destruye nuestras más insólitas creaciones y nos deja con la ausencia... con un vacío que siempre estuvo ahí pero que nos negamos a aceptar.

Los dos bloggers están deprimidos. Uno se murió hace mucho y la otra tomó un calmante ayer para no despertar jamás. Sólo espero que nuestro autodestructivo humor nos permita andar como zombies (una vez más!) y nos alcance la vida de los otros para fingir que tenemos una propia.

Te extraño y aunque sé que nunca leerás esta "cosa" poseo la necesidad de que lo sepas y te quedes con eso... yo ya no lo puedo llevar... estoy hibernando.

martes, 7 de octubre de 2008

SIGO SIN APETITO

Digerir es fácil cuando se trata de comidas. No hay grado de dificultad porque son sólidos. Y lo sólido existe...digerir la ausencia es imposible...

viernes, 3 de octubre de 2008

TURBULENCIA COLORIDA

Quiero volar sin despegar. Sé necesito irme pero quiero quedarme. No importa que por momentos sea daltónico y no diferencie el naranja, azul, celeste, tricolor, marmoteado, etc. De todos modos, no percibo un perfil claro, ni una definición marcada sobre qué o quién me depara. Creo que proyectarse, o mejor dicho proyectarme es una de mis armas más potentes de autodestrucción. Volar no es una sana costumbre, pero yo la he perfeccionado. Por mi peso actual no sería extraño que me cataloguen como un Boeing, cuyo piloto automático anda averiado y su jefe de tripulación, dormido. Dicha combinación significaría una caída libre segura, pero por turbinas díscolas y la rebeldía del viento, aun no me estrello.
No sé si la valentía se medirá al saltar en paracaídas y librarse, o al mantenerse hasta el último esfuerzo pese a que el fuselaje se encuentra ya algo chamuscado. Tal vez la deriva no sea tal y valga la pena la incertidumbre, el miedo y demás dolores de cabeza que alguna vez fueron risas, extravios provocados y un sin número de miradas expresivas.
Desde mi cabina, solo se observa humo, y nubes a montón que acuchillan las ventanas por las que veo las estrellas y aun a lo lejos, el arcoris aquel que desafía tiburones. No hay plumillas en los parabrisas que pugnen con la distorsión que genera la velocidad con la que viajo. Ya es algo tarde para pensar en un destino cierto, solo vale decidir si es propicio seguir o correr. Aunque tal vez seguir sea correr. Sea lo que sea, pasará. Sin tener en cuenta que tengo grabado el arcoiris pero no muy claro qué diferencia al naranja del azul o celeste. Entonces me es difícil imaginar una princesa azul, celeste o una princesa de zapatos de cristal. No es necesario jugarle triquiñuelas a mi cabeza cuando en ella la idea es clara. No hay que imaginar lo conocido, ni inventar un perfil existente. Diseñar uno nuevo equivale a saltar en paracaídas y dejar mi fuselaje chamuscado, pero mío al fin y al cabo.
No ser un adicto de las formas geometricas curvas descarta tal exigencia para sentarse al mando de mi tripulación y virar el rumbo del Boeing donde ella quisiera. Bastará áquella sonrisa que por ser de ella lo es, mientras para mi, las del resto son solo muecas dentadas de mal gusto. Como no me gusta el clima gélido, y como me crispa ver el color del pollo congelado de Wong, descarto tripulantes de ese tipo. Me declaro encadilado por el color capulí:La piel se percibe cálida.
Hoy hubo frío, no hay calefacción en un avión golpeado , tampoco se sirve almuerzo. Igual no quise comer. No tengo hambre, estoy lleno...de tristeza.

viernes, 26 de septiembre de 2008

Príncipe Celeste

Como en otras mil noches me ha tocado encontrarme con esa inexplicable sensación de compañía que habita en mis recuerdos desde que se me abrió la cabeza al amor.

Sí, tengo un grave y delicioso delirio… siento que alguien me abraza en la soledad de mi habitación. Soy conciente de lo raro que suena pero no miento, y es que, de una época a aquí, cada vez que me envuelvo en mis sábanas a llorar por una novísima crisis amorosa se aparece él – mi príncipe – a reconfortarme y a decirme… sin palabras, sin voz, sin rostro… que ya llegará.

Creo que este es el asunto inconcluso más trascendental que tengo… quién es este sujeto sobre el cual hablo tanto, al que anhelo tanto, y con quien comparo tanto a mis compañeritos de turno??

Mi príncipe celeste no tiene rostro, lo cual se refleja en mis gustos tan variados (ja!), tampoco tiene cuerpo pero me queda claro que es más alto que yo – lo digo por el abrazo que mencioné al inicio! - pero sí tiene un “no sé qué” que creo hará que lo identifique: me adora.

Tal vez suene muy ambicioso y vanidoso lo que acabo de decir pero, en realidad, creo que es eso lo que tanto ando buscando… un compañerito eterno que no piense dos veces en tomarme la mano, que me mire dormir, que me bese y que también pueda bajarme de las nubes!!! No quiero un galán de novela mexicana pero tal vez sí a un Derek Shepherd de Grey’s Anatomy – es mucho pedir??? – .

Sospecho que toda esta búsqueda se sustenta en que en realidad me estoy describiendo a mi misma… quiero un ser cursi como yo y es tal vez por eso que no encuentro a nadie. Mis estimados, sería muy trágico que existieran dos Kts en el mundo – y lo digo más que en serio! – pero no sé porqué aún tengo una minúscula esperanza que me lleva a creer que dicha encrucijada es común.

Normalmente todos nos repetimos que “estar” con alguien como uno es aburrido pero me pregunto si nos hemos puesto a pensar la razón por la que las relaciones de “polos opuestos” suelen terminar de forma muy común: no nos entendíamos… pero cómo pretendemos entender a alguien tan disímil… o acaso alguien ha terminado de entenderse a sí mismo? Y es que he terminado de creer firmemente en esa frase tan común de los lindos psicólogos: sino te quieres a ti mismo cómo rayos vas a querer a otro!

Mmmmmm… creo que aún tengo que trabajar mucho en esto y es que en realidad se trata, primero, de reconstruirme de tanto terremoto emocional para luego empezar a crear un modelito de pareja. En estos días tengo un compañerito naranja pero, es esa la diferencia, es naranja… un príncipe distinto que me ha llevado a replantear algunos matices de mi “yoyista príncipe” pero que no ha logrado destrozar mi teoría: tal vez se vuelva celeste una vez que yo entienda que es a él a quien quiero conmigo. Finalmente, soy yo quien colorea a los príncipes… y con tinta indeleble mis estimados… INDELEBLE!

miércoles, 24 de septiembre de 2008

FELIZ CUMPLEAÑOS

Se supone mi desempleada compañera de bitácora debería liderar y señalar la temática del texto que usurparé. Nuestro acuerdo tácito se resquebraja porque ella, mujer de derecho, es una cumplidora fiel de los pactos, mientras yo, un embustero rompepromesas que solo estudia leyes para que le digan doctor aunque no tenga más receta que los chocolates y crema volteada de la cafeta del quinto piso.
Tanta embustería, se basa en los planes no realizados. En las alucinadas salidas que no fueron; en afinar motores para luego percatarse que ya había pinchado las llantas. Me imaginé a tu lado. La desmesurada proyección tenía poco sentido. Pero, vamos ! Cuántas cosas hoy en día tienen sentido ? Volé tanto que pese a que el calendario señalaba que aun era verano en Lima, y que aun faltaba verme y verte alejados. Mi pretencioso, y en eso días, ligerísimo cuerpo, se llenó de ganas que sea Setiembre.
Tenía la billetera gorda, y si no era así, al fin de semana lo estaría; no había límite en gasto ni en cálculo. Todo me parecía barato. Hoy pese a volver a vivir rodeado de nuevos soles, si es contigo o por ti, todo precio equivale a una bicoca. Odio comer solo, pese a que antes lo hacía con una normalidad que ahora me asombra. Tal vez te envíe un almuerzo sin que se mencione mi nombre, y comeremos, tú desde tu BCP y yo desde mi PUCP, sin que lo sepas. Podría ser ese un mediocre obsequio, pues para ello no aguardaría tanto tiempo. La locura de dejarme bigote y disfrazarme de un mariachi gordinflón la dejé de lado pues cabe la probabilidad que odies los mostachos o que me sienta un Beingolea absurdo y burbujón. Ya es tarde, para solicitar visa a la embajada americana, volar a Disney y traerte souvenirs de Jack Skellington. Además sería un regalo repetido, desprovisto de la impertinencia necia de mis planes. Te propondría secuestrarte y andar en medias todo el día en mi casa, pero, pensándolo bien, ese regalo sería el que me encantaría recibir a mí. Me es imposible negar que te he buscado en otras personas. Busqué tus rasgos, tu forma de hablar, tu perfume, tus manías, tus alergias, tu modo de vestir y los mil componentes que me hacen planear cantarte feliz cumpleaños en silencio. Dejas de ser una niña de diecialgo, en unas horas tendrás veinte. No me sorprendería este verano viajes nuevamente, como el siguiente año. Te graduarás, soplarás sobre veinte y treinta tortas más. Te seguiré buscando; tus rasgos variarán un poco, tu forma de hablar también, tus perfumes, manías, alergias, forma de vestir correrán la misma suerte, y aunque estés lejos y no sepa de ti, cada día como hoy seguiré cantando en silencio: ´Feliz cumpleaños chiquita de carita bonita´´.
Kathe: NO NO NO
Esto es traición… luego escribiré lo pertinente desde mi ángulo legal pero debo decir una sola cosa: te permito expresarte porque es una despedida… Felíz cumpleaños niña del eclipse… pero por favor… como regalo atrasado para mi… vuela a otro lugar fuera de la mente destruida del Dr. Puga!

jueves, 18 de septiembre de 2008

Su o Mi pasaporte?!

Un viaje de trabajo nos obliga a cumplir reglas?
El firmar el dichoso contratito nos amarra a un hotel para tender camas o llevar toallitas?
Recuerdo claramente mi hermoso verano encerrada en el piso 19 de una lujosísima oficina frente a Larcomar... aún tenía Nextel y por esas cosas que las debilidades humananas nos permiten, solía escaparme para escuchar mi novela preferida... Edgar en USA!
Nunca escuché sobre sus actividades laborales pero sí me quedó muy en claro que, en esos instantes, debía lanzar por la ventana toda la teoría contractual que alguna vez aprendí del buen Forno. En efecto... el Dr. Puga jamás trabajó más en su vida que en esa ocasión: debía preparar tragos, tomárselos, comprar cajetillas interminables de cigarros, levantarse con la resaca de la vida... tolerar un eclipse lunar!
Sí, yo quise un viaje así... algo de eso obtuve. Me enviaron a Juliaca para empezar... me la pasé con soroche así que sólo pude llegar al estimulante mate de coca! Luego me abandonaron en Ica... estuve por ahí dos semanas en un bello hotel con piscina - a la cual jamás me metí - y me tomé un trago rojo que sólo pudo generarme la más grande de las soledades.
Y es que así soy yo. Viajo tratando de encontrar algo más... si es por trabajo me encantaría llevar a mi principe conmigo, si es por placer sólo me encargo de divertir a mi acompañante y, si algún día es por estudio, probablemente desee secretamente vivir un amor debido a un "caso fortuito" porque, sí pues, soy cursi y, de vez en cuando, intento ser responsable. Más cuando se tiene a Edgar Puga persiguiéndonos por un consejo.

domingo, 14 de septiembre de 2008

PASAPORTE

Hace unos días empecé a digerir, para hacerlo de a pocos, que tal vez viaje nuevamente. No se si se concretará o no. Tal vez pensarlo ahora sea muy prematuro. Faltan cinco meses para ello, una visa por expedir y más de mil quinientos dólares por recaudar. Tal sea mejor esta precoz planificación pues así no me empezaré a cuestionar cosas que debía, cuando ya este sobrevolando aires foráneos. Y es que hay cuentas que saldar previa huida, o viaje como le llamamos por ser algo más costosos, o por contar con despedidas, abrazos y promesas que difícilmente cumpliremos.
Lo primero debe ser saber por qué viajamos ? Qué búsqueda oculta nos aleja de nuestro hábitat? Hay miles de motivos que contar, desde el estudio, trabajo y el hedonista y necesario viaje de turismo. Pero estos tres, a su vez, son solo el caparazón que protege a la tortuga de ser bisteque de sus rivales más veloces. Quien saca visa para estudiar, en realidad no solo lo hace para ello, se divertirá mucho, olvidará que en Lima brindaba con Pilsen o Cristal, refunfuñará menos del fútbol peruano pues extrañará tanto los goles desparramados del Checho Ibarra como terminar con los ojos llorosos después de comer un cebiche generoso en ají, pero pese a todo ello, seguramente, transnochará a sabiendas que a la mañana siguiente debe rendir un examen de matemáticas en inglés sin que domine ni el inglés ni las matemáticas. Porque quien estudia en la universidad sabe que denominarnos estudiantes es un título que la gran mayoría no merecemos. Estudiar es encerrarse en la biblioteca una hora antes del exámen revoloteando las separatas para que todo ello se tatúe en nuestro cerebro que recién tiene el gusto de conocer la materia. Hay también los ataques clásicos de responsabilidad que suelen durar las dos primeras semanas de clases, por coincidencia las semanas en que no hay evaluaciones distintas a la de estudiantes que se miran unos a otros en un ritual de fijación de ropas y de prospecto de pareja.
Los viajes con afanes turísticos suelen ser, al menos los míos, los que menos aventuras traen. Se supone no debe ser así porque llegamos a lugares nuevos sin la presión de estudiar o trabajar, pero justamente esa libertad tan amplia le quita emoción a la aventura. No hay reglas determinadas más allá de las propias del país, no hay horarios estrictos ni nada que limite o active nuestro sentido de responsabilidad. Meses después de la vuelta a Lima tendremos las fotos clásicas que todo el mundo tiene en el monumento aquel o en los restos arqueológicos estos. No me quejo de ello tampoco. Tener fotos en el Corcovado en Río es increíble, pero no esconde tantas historias como otros viajes.
En cambio, si el viaje es relativo al trabajo, las reglas se manifiestan. Hay que programar despertadores my de mañana y simular saber lo que uno hace cuando en realidad uno no tiene la menor idea. Pero siempre quedarán días libres para experimentar aquello que ofrece nuestra nueva ciudad. Y mejor aún si nuestra billetera dolarizada ya recibió un primer incentivo por la ardua labor que en tierras lejanas desempeñamos. En la oficina, empresa o el campo de concentración en el que trabajemos departiremos con personas similares a nosotros y con otros tan distintos que la curiosidad nos ganará y nos juntará a ellos. La curiosidad mató al gato. Y la soledad en el extranjero nos puede convertirnos en gatos techeros si no nos evaluamos antes de viajar.
Brasil en familia, Florida descubriendo nueva
Pensar en todas las posibilidades es imposible pero hacernos una idea del mundo nuevo que se nos abre y la vida renovada que tendremos puede atormentarnos si no nos gusta lo que imaginamos. Pero también puede incitarnos a saldar cuentas antes de viajar, a prometer, a retirar promesas, a besuquear en el aeropuerto como el amante más curtido, o a solo decir adiós y decirlo en serio para que la curiosidad ya no mate al gato. Lo pienso pero aun no juego a viajero ni persigo mi maleta, lo haré luego de alcanzar el ovillo de lana.