viernes, 26 de septiembre de 2008

Príncipe Celeste

Como en otras mil noches me ha tocado encontrarme con esa inexplicable sensación de compañía que habita en mis recuerdos desde que se me abrió la cabeza al amor.

Sí, tengo un grave y delicioso delirio… siento que alguien me abraza en la soledad de mi habitación. Soy conciente de lo raro que suena pero no miento, y es que, de una época a aquí, cada vez que me envuelvo en mis sábanas a llorar por una novísima crisis amorosa se aparece él – mi príncipe – a reconfortarme y a decirme… sin palabras, sin voz, sin rostro… que ya llegará.

Creo que este es el asunto inconcluso más trascendental que tengo… quién es este sujeto sobre el cual hablo tanto, al que anhelo tanto, y con quien comparo tanto a mis compañeritos de turno??

Mi príncipe celeste no tiene rostro, lo cual se refleja en mis gustos tan variados (ja!), tampoco tiene cuerpo pero me queda claro que es más alto que yo – lo digo por el abrazo que mencioné al inicio! - pero sí tiene un “no sé qué” que creo hará que lo identifique: me adora.

Tal vez suene muy ambicioso y vanidoso lo que acabo de decir pero, en realidad, creo que es eso lo que tanto ando buscando… un compañerito eterno que no piense dos veces en tomarme la mano, que me mire dormir, que me bese y que también pueda bajarme de las nubes!!! No quiero un galán de novela mexicana pero tal vez sí a un Derek Shepherd de Grey’s Anatomy – es mucho pedir??? – .

Sospecho que toda esta búsqueda se sustenta en que en realidad me estoy describiendo a mi misma… quiero un ser cursi como yo y es tal vez por eso que no encuentro a nadie. Mis estimados, sería muy trágico que existieran dos Kts en el mundo – y lo digo más que en serio! – pero no sé porqué aún tengo una minúscula esperanza que me lleva a creer que dicha encrucijada es común.

Normalmente todos nos repetimos que “estar” con alguien como uno es aburrido pero me pregunto si nos hemos puesto a pensar la razón por la que las relaciones de “polos opuestos” suelen terminar de forma muy común: no nos entendíamos… pero cómo pretendemos entender a alguien tan disímil… o acaso alguien ha terminado de entenderse a sí mismo? Y es que he terminado de creer firmemente en esa frase tan común de los lindos psicólogos: sino te quieres a ti mismo cómo rayos vas a querer a otro!

Mmmmmm… creo que aún tengo que trabajar mucho en esto y es que en realidad se trata, primero, de reconstruirme de tanto terremoto emocional para luego empezar a crear un modelito de pareja. En estos días tengo un compañerito naranja pero, es esa la diferencia, es naranja… un príncipe distinto que me ha llevado a replantear algunos matices de mi “yoyista príncipe” pero que no ha logrado destrozar mi teoría: tal vez se vuelva celeste una vez que yo entienda que es a él a quien quiero conmigo. Finalmente, soy yo quien colorea a los príncipes… y con tinta indeleble mis estimados… INDELEBLE!

miércoles, 24 de septiembre de 2008

FELIZ CUMPLEAÑOS

Se supone mi desempleada compañera de bitácora debería liderar y señalar la temática del texto que usurparé. Nuestro acuerdo tácito se resquebraja porque ella, mujer de derecho, es una cumplidora fiel de los pactos, mientras yo, un embustero rompepromesas que solo estudia leyes para que le digan doctor aunque no tenga más receta que los chocolates y crema volteada de la cafeta del quinto piso.
Tanta embustería, se basa en los planes no realizados. En las alucinadas salidas que no fueron; en afinar motores para luego percatarse que ya había pinchado las llantas. Me imaginé a tu lado. La desmesurada proyección tenía poco sentido. Pero, vamos ! Cuántas cosas hoy en día tienen sentido ? Volé tanto que pese a que el calendario señalaba que aun era verano en Lima, y que aun faltaba verme y verte alejados. Mi pretencioso, y en eso días, ligerísimo cuerpo, se llenó de ganas que sea Setiembre.
Tenía la billetera gorda, y si no era así, al fin de semana lo estaría; no había límite en gasto ni en cálculo. Todo me parecía barato. Hoy pese a volver a vivir rodeado de nuevos soles, si es contigo o por ti, todo precio equivale a una bicoca. Odio comer solo, pese a que antes lo hacía con una normalidad que ahora me asombra. Tal vez te envíe un almuerzo sin que se mencione mi nombre, y comeremos, tú desde tu BCP y yo desde mi PUCP, sin que lo sepas. Podría ser ese un mediocre obsequio, pues para ello no aguardaría tanto tiempo. La locura de dejarme bigote y disfrazarme de un mariachi gordinflón la dejé de lado pues cabe la probabilidad que odies los mostachos o que me sienta un Beingolea absurdo y burbujón. Ya es tarde, para solicitar visa a la embajada americana, volar a Disney y traerte souvenirs de Jack Skellington. Además sería un regalo repetido, desprovisto de la impertinencia necia de mis planes. Te propondría secuestrarte y andar en medias todo el día en mi casa, pero, pensándolo bien, ese regalo sería el que me encantaría recibir a mí. Me es imposible negar que te he buscado en otras personas. Busqué tus rasgos, tu forma de hablar, tu perfume, tus manías, tus alergias, tu modo de vestir y los mil componentes que me hacen planear cantarte feliz cumpleaños en silencio. Dejas de ser una niña de diecialgo, en unas horas tendrás veinte. No me sorprendería este verano viajes nuevamente, como el siguiente año. Te graduarás, soplarás sobre veinte y treinta tortas más. Te seguiré buscando; tus rasgos variarán un poco, tu forma de hablar también, tus perfumes, manías, alergias, forma de vestir correrán la misma suerte, y aunque estés lejos y no sepa de ti, cada día como hoy seguiré cantando en silencio: ´Feliz cumpleaños chiquita de carita bonita´´.
Kathe: NO NO NO
Esto es traición… luego escribiré lo pertinente desde mi ángulo legal pero debo decir una sola cosa: te permito expresarte porque es una despedida… Felíz cumpleaños niña del eclipse… pero por favor… como regalo atrasado para mi… vuela a otro lugar fuera de la mente destruida del Dr. Puga!

jueves, 18 de septiembre de 2008

Su o Mi pasaporte?!

Un viaje de trabajo nos obliga a cumplir reglas?
El firmar el dichoso contratito nos amarra a un hotel para tender camas o llevar toallitas?
Recuerdo claramente mi hermoso verano encerrada en el piso 19 de una lujosísima oficina frente a Larcomar... aún tenía Nextel y por esas cosas que las debilidades humananas nos permiten, solía escaparme para escuchar mi novela preferida... Edgar en USA!
Nunca escuché sobre sus actividades laborales pero sí me quedó muy en claro que, en esos instantes, debía lanzar por la ventana toda la teoría contractual que alguna vez aprendí del buen Forno. En efecto... el Dr. Puga jamás trabajó más en su vida que en esa ocasión: debía preparar tragos, tomárselos, comprar cajetillas interminables de cigarros, levantarse con la resaca de la vida... tolerar un eclipse lunar!
Sí, yo quise un viaje así... algo de eso obtuve. Me enviaron a Juliaca para empezar... me la pasé con soroche así que sólo pude llegar al estimulante mate de coca! Luego me abandonaron en Ica... estuve por ahí dos semanas en un bello hotel con piscina - a la cual jamás me metí - y me tomé un trago rojo que sólo pudo generarme la más grande de las soledades.
Y es que así soy yo. Viajo tratando de encontrar algo más... si es por trabajo me encantaría llevar a mi principe conmigo, si es por placer sólo me encargo de divertir a mi acompañante y, si algún día es por estudio, probablemente desee secretamente vivir un amor debido a un "caso fortuito" porque, sí pues, soy cursi y, de vez en cuando, intento ser responsable. Más cuando se tiene a Edgar Puga persiguiéndonos por un consejo.

domingo, 14 de septiembre de 2008

PASAPORTE

Hace unos días empecé a digerir, para hacerlo de a pocos, que tal vez viaje nuevamente. No se si se concretará o no. Tal vez pensarlo ahora sea muy prematuro. Faltan cinco meses para ello, una visa por expedir y más de mil quinientos dólares por recaudar. Tal sea mejor esta precoz planificación pues así no me empezaré a cuestionar cosas que debía, cuando ya este sobrevolando aires foráneos. Y es que hay cuentas que saldar previa huida, o viaje como le llamamos por ser algo más costosos, o por contar con despedidas, abrazos y promesas que difícilmente cumpliremos.
Lo primero debe ser saber por qué viajamos ? Qué búsqueda oculta nos aleja de nuestro hábitat? Hay miles de motivos que contar, desde el estudio, trabajo y el hedonista y necesario viaje de turismo. Pero estos tres, a su vez, son solo el caparazón que protege a la tortuga de ser bisteque de sus rivales más veloces. Quien saca visa para estudiar, en realidad no solo lo hace para ello, se divertirá mucho, olvidará que en Lima brindaba con Pilsen o Cristal, refunfuñará menos del fútbol peruano pues extrañará tanto los goles desparramados del Checho Ibarra como terminar con los ojos llorosos después de comer un cebiche generoso en ají, pero pese a todo ello, seguramente, transnochará a sabiendas que a la mañana siguiente debe rendir un examen de matemáticas en inglés sin que domine ni el inglés ni las matemáticas. Porque quien estudia en la universidad sabe que denominarnos estudiantes es un título que la gran mayoría no merecemos. Estudiar es encerrarse en la biblioteca una hora antes del exámen revoloteando las separatas para que todo ello se tatúe en nuestro cerebro que recién tiene el gusto de conocer la materia. Hay también los ataques clásicos de responsabilidad que suelen durar las dos primeras semanas de clases, por coincidencia las semanas en que no hay evaluaciones distintas a la de estudiantes que se miran unos a otros en un ritual de fijación de ropas y de prospecto de pareja.
Los viajes con afanes turísticos suelen ser, al menos los míos, los que menos aventuras traen. Se supone no debe ser así porque llegamos a lugares nuevos sin la presión de estudiar o trabajar, pero justamente esa libertad tan amplia le quita emoción a la aventura. No hay reglas determinadas más allá de las propias del país, no hay horarios estrictos ni nada que limite o active nuestro sentido de responsabilidad. Meses después de la vuelta a Lima tendremos las fotos clásicas que todo el mundo tiene en el monumento aquel o en los restos arqueológicos estos. No me quejo de ello tampoco. Tener fotos en el Corcovado en Río es increíble, pero no esconde tantas historias como otros viajes.
En cambio, si el viaje es relativo al trabajo, las reglas se manifiestan. Hay que programar despertadores my de mañana y simular saber lo que uno hace cuando en realidad uno no tiene la menor idea. Pero siempre quedarán días libres para experimentar aquello que ofrece nuestra nueva ciudad. Y mejor aún si nuestra billetera dolarizada ya recibió un primer incentivo por la ardua labor que en tierras lejanas desempeñamos. En la oficina, empresa o el campo de concentración en el que trabajemos departiremos con personas similares a nosotros y con otros tan distintos que la curiosidad nos ganará y nos juntará a ellos. La curiosidad mató al gato. Y la soledad en el extranjero nos puede convertirnos en gatos techeros si no nos evaluamos antes de viajar.
Brasil en familia, Florida descubriendo nueva
Pensar en todas las posibilidades es imposible pero hacernos una idea del mundo nuevo que se nos abre y la vida renovada que tendremos puede atormentarnos si no nos gusta lo que imaginamos. Pero también puede incitarnos a saldar cuentas antes de viajar, a prometer, a retirar promesas, a besuquear en el aeropuerto como el amante más curtido, o a solo decir adiós y decirlo en serio para que la curiosidad ya no mate al gato. Lo pienso pero aun no juego a viajero ni persigo mi maleta, lo haré luego de alcanzar el ovillo de lana.